Deportivos, paradas de autobús y mejora personal.


Artículo Publicado en GOVERNA.

Imagine que conduce un deportivo biplaza último modelo al atardecer de una tarde lluviosa; tremendamente lluviosa. Pasa por delante de una parada de autobús dónde, mojados y con cara de pasar frío se encuentran una anciana que parece que está a punto de morir, una amistad que una vez le salvó la vida y un persona que identifica como la pareja de sus sueños, es la pareja que hasta el momento sólo existía en su imaginación. ¿Qué va a hacer? ¿A quién llevar si sólo tiene un asiento libre?

Puede llevar a la anciana puesto que va a morir y esto es crítico; pero también puede llevar a esa persona que una vez le salvó la vida y tiene una deuda muy importante; o quizás sea ya hora de ponerse a usted en la lista de prioridades y pensar en su felicidad (lleva tanto tiempo trabajando duro ¿verdad?). Piense, pero no mucho porqué debe tomar una decisión y el tiempo corre. Debe decidir, decida ya pero con cuidado porqué es probable que tome la decisión que tome va a dejar a alguien mal, incluso puede sentirte mal tomando la mejor de las decisiones.

¿Qué criterio va a tomar? Pensar en sus objetivos es útil; piense qué quiere de la vida y decida; puede centrarse en cuales son sus valores personales: beneficio propio, amistad, amor al prójimo.

¿Cuál es la respuesta? La mejor respuesta puede ser una que diga algo así como: “darle las llaves del coche a mi amigo que lleve a la anciana al hospital y yo me quedo con esa persona tan especial en la parada del autobús”. Es probable que al leer esto haya pensado “vaya esto no se me había ocurrido”, sencillamente ni lo pensé.

Esta historia, que es un divertimento tomado de esos que corren por Internet, muestra una cuestión que resulta curiosa y a la vez problemática. Nos referimos al hecho de tomar los problemas como vienen y aplicarles la lógica cartesiana para su resolución. Tal como el problema está planteado, es imposible una buena resolución para todas las partes puesto que tenemos una plaza y tres personas y lógicamente alguno se va a quedar fuera. Necesitamos salir del problema para poder resolver el problema; tratar el problema con las mismas variables nos sitúa ante la realidad lógicamente irresoluble.

Es otro enfoque, otra manera de ver las cosas con mayor amplitud lo que nos permite poder generar alternativas creativas que aporten mejoras para todos. En el mundo de las organizaciones, nos ocurre como al conductor del deportivo; tomamos nuestro modelo del mundo como la verdad y sobre esto aplicamos las técnicas de gestión que hemos aprendido con mucho esfuerzo en masters y formaciones muy costosas absolutamente validadas y contrastadas por profesores de gran prestigio. Con lo que nos ha costado, ¿cómo van a estar equivocados? Es cierto que muchas veces funcionan y son una ayuda extraordinaria pero, siguiendo el ejemplo, ¿cuántas veces hemos pensado en los que se quedan bajo la parada del autobús como efectos colaterales del decidir del directivo, el precio que tenemos que pagar por tomar decisiones, o algo similar. Estamos muy entrenados para resolver problemas que tienen que ver con las cosas y con los elementos inmediatos, y no tenemos mucha habilidad para salirnos del problema y encontrar alternativas desde otro nivel.

De hecho esta realidad es cada vez más habitual; desde nuestras profesiones estamos inmersos en una complejidad cada vez mayor, dónde los sistemas aprendidos sólo dan respuesta a una parte de la dificultad, no se trata de trabajar más duro puesto que ya hemos vivido que no está ahí la respuesta, se trata de funcionar sutilmente diferente, de manejar estrategias distintas para abrir posibilidades y crear nuevas realidades.

Esta realidad de estar al límite de las propias capacidades y no saber qué más se puede hacer, es la responsable que muchos profesionales y directivos se sientan al borde de su capacidad de resistencia, hagan extensas jornadas de dedicación, vivan su ocupación con angustia por el estrés que genera y se cuestionen que tal vez han llegado a su máximo nivel de competencia.

Muchos de estos profesionales se plantean incrementar su formación con nuevas técnicas de gestión que les ayuden y aporten nuevos mapas del mundo; si bien en este sentido la diferencia que marca la diferencia no es tanto que contenido sé sinó que forma de mirar el mundo tengo.

Este proceso de no asumir la realidad problema tal como me la plantean tiene más que ver con explorar las realidades de forma completa, descubriendo alternativas que antes pasamos por alto debido a nuestros propios mapas mentales, que de acumular conocimientos que en muchas ocasiones no vamos a utilizar más que para hacer algunos ajustes en planteamientos puramente técnicos.

El problema es cómo percibimos el problema; la respuesta se encuentra en aprender a mirar, pensar y manejarse distinto. Realidades más complejas necesitan visiones más ricas y completas. El estímulo – respuesta ya no da más.

Si a lo largo del artículo usted ha pensado que alguna cosa representaba de algún modo su realidad y está pensando en hacer algún curso de actualización, piense antes en consultar a un coach o similar; probablemente gane tiempo, dinero y mejore su calidad de vida.

Entretanto disfrute de su deportivo.

Ser el amarre

Hace días que tenía "mono" de escribir un post con una reflexión que me sorprendio desprevenido (me sorprendio el contenido, no tener la reflexión que os veo venir;-). El hecho es que despues de un proceso de coaching de unas pocas sesiones, con un directivo en proceso de transición a emprendedor. Me llama y me pide vernos.

Todo bien, lo único que requería en un momento és un (utilizo sus palabras) "amarre", alguna cosa o persona o convicción que le mantuviese en el camino, que le recordase algunas pautas aprendidas para evitar dejarse llevar por el rio caudaloso de los hábitos adquiridos y de los caminos ya conocidos.

Me hizo reflexionar la importancia que tiene el llevar las cosas a la práctica, a la acción que tiene impacto en la realidad y genera nueva realidad más cercana a tus objetivos; a la necesidad de mantenerlo sencillo y a la vista para que guie tus pasos, sin estridencias, sólo un constante caminar hacia tus deseos con la ayuda de un amarre que te mantega en la línia de lo que quieres.

És curiso como un amarre si és obligado es vivido como una limitación a permanecer, una barrera, un límite y en cambio si es deseado és una manera de anclarse a tu visión y tus sueños para hacerlos posibles.

Externalidad y Responsabilidad Personal

Hace unos días coincido en un proyecto para una empresa del sector del automóvil con Julio, un tipo impresionante: ingeniero inquieto, escalador, bombero, lector de haikus y muchas cosas más. Hablamos sobre algunas cosas y entre ellas sobre la Externalidad (te pongo link a la wikipedia); como las acciones, omisiones o decisiones de unos generan resultados que otros toman como objetivos o variables extrañas de sus propios procesos.
Hoy leo agradecido las reflexiones de Joaquín Oliva en su
blog (sobre coaching y desarrollo personal: muy recomendable la verdad) , en relación con un training de liderazgo impartido en Huesca, gracias Joaquin por tus comentarios. A la vez resuena la conversación sobre externalidad.
Estamos ahí, ocupamos un espacio tanto en lo físico como en lo químico como en lo simbólico y a uno le hace pensar que su trabajo tiene impacto más allá de lo que en muchas ocasiones sea previsible. Es cierto que cuando preparas una intervención con rigor y con cariño tienes unos objetivos determinados pero también es cierto que la organización de tus discursos, prácticas y actos diversos impactan en la neurología de los asistentes de forma desconocida para ti; si partimos de la base de la riqueza del lenguaje y como usamos distintas palabras para referirnos a las mismas cosas, si consideramos las experiencias diversas que los asistentes acumulan en sus vidas es del todo imposible saber cómo vas a impactar y lo que va más allá, los efectos que esto puede generar; es decir no podemos saber si vamos a generar una externalidad positiva o negativa en los otros. Cuidado, con esto no pretendo fijar a nadie en el inmovilismo, lo único que creo es que vale la pena hacer un ejercicio de responsabilidad y rigor en el desarrollo de nuestra misión como personas, representantes de empresas o colectivos o lo que sea. Cuanto más poder, más responsabilidad debemos asumir y gestionar.
Un abrazo.

Liderazgo en Huesca

La semana pasada, gracias a la invitación del la CEOS i el IAF, facilité un curso taller de tres días sobre Liderazgo. La verdad es que ha sido un regalo poder estar ahí; había una representación muy variada de realidades organizativas (empresas familiares en transición generacional, industria, hostelería, servicios profesionales, empresas públicas y asociaciones empresariales). Es magnífica la labor de desarrollo económico que están realizando las Administraciones de Aragón en todo su territorio. Si podéis mirar el Programa Empresa del IAF, vale la pena.

Entre todos organizamos una dinámica ágil, divertida y también rigurosa que creo, sobre otras consideraciones, ha ayudado a pararse un poco y reflexionar sobre los impactos positivos de un liderazgo bien entendido.
Al fin y al cabo lo que hemos podido observar, otra vez, es que más allá de estereotipos sobre los líderes y efectos “mágicos” de arenga a las tropas, con relativa independencia del tipo de realidad empresarial, el liderazgo tiene que ver con contribuir a crear un mundo al que las personas deseen pertenecer, cómo decía el maestro tiene que ver con resolver los problemas del día a día con un fin en mente.

En su estudio sobre liderazgo, Robert Dilts expone que liderar está relacionado con : “expresar una visión, influir en los demás para lograr resultados, fomentar la cooperación en equipo, y dar ejemplo” y en este sentido vale la pena trabajar en el desarrollo de estas habilidades para todo aquel que pretenda acompañar algún tipo de proceso de cambio, tanto en la esfera profesional como personal.

Este tipo de aprendizaje no funciona con las “recetas Fast-Management” al estilo fast-food del tipo haga ud. a-b-c y verá como se transforma en un campeón del liderazgo; de hecho es todo lo contrario, tiene que ver con un proceso de aprendizaje y cambio de dentro a fuera. Un proceso bastante más lento pero infinitamente más respetuoso e impactante en las personas y los resultados.
Como dice mi admirado Juan Carlos Cubeiro: La Naturaleza no conoce atajos. La maestría llega con el tiempo. No puede ser de otra manera.