Hace un par de
días estaba con un
cliente que me
explicaba una dificultat con una persona que
conocía hace poco tiempo. La
cuestión es que la
tenía muy "
categorizada", es
decir la
había etiquedado de tal modo con menciones del
tipo: "es
seco,
rígido, va a la
suya" que
todas las veces que se
relacionaba con
él lo
veía des de
ese prisma. Le resultaba muy cómodo. El
resultado es que por
esas etiquetas y
esas gafas con las que
miraba no
permitía que el
otro tuviese otra opción de comportamiento y
acababa por
comportarse como mi
cliente esperaba.
Esto nos sucede muy amenudo: congelamos la imagen del otro y no le damos más opciones que las que se ajusten a esa imagen. ¿Has pensado cuantas veces te ocurre esto? Yo estoy revisando. Darle al otro y a un@ mism@ una oportunidad es más sencillo de lo que parece, sólo necesitamos poner un poco de atención.
Que tengas un buen día.
Toni
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